This is the dawning of the rest of our lives

martes, 16 de marzo de 2010

Home sweet home.

Inevitablemente va dejando de sentirse ese sentimiento hacia lo que aun tengo. Y no es que dejen las cosas de pertenecernos, sino que van desapareciendo de alguna forma.
No saben realmente lo que daria -porque si, las cosas cambiaron, para mejor, otras no. Pero, buenas o no tanto, hay cosas que extraño.-
Extraño caminar por Ramos sin rumbo fijo a la tarde, a la noche o a la tarde cuando se esta haciendo de noche, con el frio en los brazos y el buso del santo tomas atado en la espalda. Caminar acompañando a mi mama a hacer cosas que ni siquiera sabia para que eran. Comprar los juguetes para regalar en algun cumpleaños. Tomar helados por ahi. Ese aire distinto que se respira en esta ciudad que amo con todo mi ser. Extraño esperar colectivos y remises sin apuro, para llegar a casa y ver novelas como gasoleros mientras tomamos mate con facturas. Extraño la familiaridad de las polleras a cuadritos azules con rayas rojas, verdes y amarillas y las camisas blancas con la corbata haciendo juego.
Extraño ver todos los dias los cassettes de sakura card captors que me perdia por ir al turno tarde. Poder levantarme todos los dias a las 11 para ir al colegio y salir como a las 6 con la noche acercandose. Si, empezaba a hacer las cosas como a las 7 de la tarde y se me acababa el dia enseguida, pero, que va? Me gustaba. Menos cuando tenia que llegar tarde al estudiantil para gimnasia ritmica.
Extraño la excesiva decoracion de un colegio catolico, en el que te obligaban a pintar cada fotocopia y no hacerlo era una falta grave, por lo cual mis cosas estuvieron siempre llenas de color y bien cuidadas; no enteramente blancas y azules, en un lugar descuidado, falso y precario como ahora. Extraño a jorge y miguel, que atendian el kiosco y a jorge molestandome por mi baja estatura. Ir a buscar cartulinas al bajo escalera y descubrir la cantidad de cosas extrañas que ahi habia.
Extraño perderme a proposito en ese laberinto que me sabia de memoria desde sala de 5 y sentirme casi dueña de ese espacio que no me pertenecia, pero nadie se negaba a cederme. Extraño tomar la merienda en la casa de la abuela sin apuro.
Extraño el aire que se respira en cualquier lado cuando sentis que estás en casa -re canal 13-, en un lugar que conoces, que te gusta. El aire fresco de invierno, los sonidos, las vistas. Puede que sea una ciudad cualquiera para cualquiera, pero para mi es infinitamente especial. Si, me encantaria irme a vivir a NYC, a paris, londres, obvio. Pero nunca dije que no me costara horrores dejar mi amada, adorada c i u d a d.
I ♥ R M

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