This is the dawning of the rest of our lives

domingo, 25 de abril de 2010

Si había un sonido que concordara perfectamente con aquella noche fria era ese. Era una especie de silbido, titubeante pero amenazante. Parecia acercarse y alejarse por momentos, sabia que estaba cerca, pero no sabia donde. Era un sonido metalico, desconcertante, dudoso. Agudo, pero por momentos su frecuencia se doblegaba hasta hacerse grave. Era penetrante, frío. Como el sonido que tendría la nieve apoderándose de la sangre caliente. Como un triangulo. No sabia de donde salía, si era parte de mi cabeza, de mi imaginación, producto del frío y la soledad o si era real. Si lo era, lo que lo estaba produciendo estaba cada vez mas cerca, podría jurarlo. Tan cerca que ya podría alcanzarme, que ya me había alcanzado.
No. Aún no. Pero ya, faltaba poco. Corrí, corrí con tanta fuerza como pude...
Hasta que me alcanzó. Y se apoderó de mis oídos y toda mi percepción.

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